COMPRENDERNOS PARA GESTIONARNOS

¿Qué pasaría si en lugar de “controlar” nuestras emociones, empezáramos por entenderlas?
El Eneagrama nos ofrece una mirada profunda sobre quiénes somos, cómo sentimos y qué mecanismos activamos cuando una emoción nos sacude. Es una herramienta que no solo describe nuestro carácter, sino que nos ayuda a gestionarlo con más consciencia y compasión.


Emociones que nos habitan… y nos desbordan
Todas las personas sentimos emociones: miedo, enfado, tristeza, alegría…
Pero no todos reaccionamos igual ante ellas. Cada Eneatipo tiene una forma muy particular de:
-
Percibir sus emociones.
-
Gestionarlas o evitarlas.
-
Expresarlas o reprimirlas.
El Eneagrama nos muestra qué emoción suele predominar en cada estilo de personalidad, y qué estrategias activamos —muchas veces sin darnos cuenta— para no sentir o no mostrar ciertas emociones.
Una brújula emocional
A través del Eneagrama, podemos identificar nuestro patrón emocional predominante:
-
Hay quienes se irritan con facilidad, pero no lo reconocen como “enfado”.
-
Otros se sienten culpables por sentir tristeza.
-
Algunos se desconectan por completo del mundo emocional para sobrevivir.
Conocer estos patrones nos ayuda a darle nombre a lo que sentimos, comprender por qué lo sentimos y, desde ahí, tomar decisiones más conscientes.


¿Evitar sentir o aprender a sostener?
Uno de los mayores aprendizajes que nos ofrece el Eneagrama es descubrir qué emoción evitamos a toda costa.
Cada Eneatipo tiene una “aversión emocional” —una emoción que le incomoda tanto, que ha aprendido a evitarla casi de forma automática.
Y es justamente en esa evitación donde más sufrimiento se genera:
-
Quien evita el conflicto, se desconecta.
-
Quien evita el dolor, se dispersa.
-
Quien evita el miedo, se pone rígido.
El trabajo de gestión emocional consiste en aprender a sostener aquello que tanto tiempo hemos rechazado sentir.
🌱 Empezar por la autocompasión
El Eneagrama no se trata de corregirte, ni de eliminar emociones “negativas”.
Se trata de reconocer tus mecanismos y comprenderte con más amabilidad.
Porque sólo desde la comprensión podemos empezar a transformarnos.
Y sólo cuando dejamos de luchar contra lo que sentimos… podemos gestionarlo de verdad.

Añadir comentario
Comentarios